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Teatro Sausto
El Teatro Sausto de Matanzas, surge bajo el nombre de Esteban, en homenaje al gobernador del territorio y rebautizado años después como Sauto en homenaje al doctor en Farmacia Ambrosio de la Concepción Sauto y Noda, gran amante de las artes, vecino del lugar y uno de los benefactores más destacados de Matanzas.
Desde inicios del siglo XIX, la ciudad había contado, primero, con escenarios improvisados en casas o almacenes, luego con salas pequeñas hasta la inauguración del coliseo en 1863. Tal como indica la fecha existente en el arco de medio punto que corona la puerta principal.
El coliseo encabeza la trilogía de teatros clásicos cubanos. El imponente edificio resulta un fiel ejemplo del estilo neoclásico, impresionando por su escala y tratamiento estilístico. Presenta cuatro fachadas muy bien resueltas y apreciables desde cualquier punto que se le mire. En el interior, el teatro sorprende por la funcionalidad, la relación que se establece entre los distintos espacios, y la sobria, aunque detallada, decoración. Por su forma de herradura la sala se incluye en la familia de teatros “a la italiana”.
Con capacidad para 775 espectadores, un estremecimiento de placer se siente al escuchar la campanilla que, como hace más de un siglo, desde el llamado palco presidencial, anuncia el inicio del espectáculo. Sus balcones y pasillos, reservados y el área donde otrora se ubicaba la claque, existe aún y se conserva en buen estado. En su vestíbulo se alzan estatuas de mármol de diosas griegas, y en el techo de la sala principal, las musas parecen revoletear en los frescos.
El estilo utilizado por el artista recuerda, en numerosos detalles, a la Scala de Milán. Obra majestuosa, de estilo neoclásico, denominado el más elegante, funcional y mejor dotado de todos los escenarios del interior del país.
El Sauto es un paradigma de las grandes obras de arte de la cultura cubana y hasta la actualidad se ha respetado estrictamente su arquitectura, su diseño interior, su telón original de madera, en el que se representa el puente de La Concordia, que cruza el río Yumurí. Es por todo ello que, en 1978 es declarado Monumento Nacional.
En la actualidad el teatro es subsede del Ballet, del evento Mayo Teatral y el Festival Internacional de Teatro de Títeres; así como de importantes Festivales Internacionales y eventos nacionales.
Desde inicios del siglo XIX, la ciudad había contado, primero, con escenarios improvisados en casas o almacenes, luego con salas pequeñas hasta la inauguración del coliseo en 1863. Tal como indica la fecha existente en el arco de medio punto que corona la puerta principal.
El coliseo encabeza la trilogía de teatros clásicos cubanos. El imponente edificio resulta un fiel ejemplo del estilo neoclásico, impresionando por su escala y tratamiento estilístico. Presenta cuatro fachadas muy bien resueltas y apreciables desde cualquier punto que se le mire. En el interior, el teatro sorprende por la funcionalidad, la relación que se establece entre los distintos espacios, y la sobria, aunque detallada, decoración. Por su forma de herradura la sala se incluye en la familia de teatros “a la italiana”.
Con capacidad para 775 espectadores, un estremecimiento de placer se siente al escuchar la campanilla que, como hace más de un siglo, desde el llamado palco presidencial, anuncia el inicio del espectáculo. Sus balcones y pasillos, reservados y el área donde otrora se ubicaba la claque, existe aún y se conserva en buen estado. En su vestíbulo se alzan estatuas de mármol de diosas griegas, y en el techo de la sala principal, las musas parecen revoletear en los frescos.
El estilo utilizado por el artista recuerda, en numerosos detalles, a la Scala de Milán. Obra majestuosa, de estilo neoclásico, denominado el más elegante, funcional y mejor dotado de todos los escenarios del interior del país.
El Sauto es un paradigma de las grandes obras de arte de la cultura cubana y hasta la actualidad se ha respetado estrictamente su arquitectura, su diseño interior, su telón original de madera, en el que se representa el puente de La Concordia, que cruza el río Yumurí. Es por todo ello que, en 1978 es declarado Monumento Nacional.
En la actualidad el teatro es subsede del Ballet, del evento Mayo Teatral y el Festival Internacional de Teatro de Títeres; así como de importantes Festivales Internacionales y eventos nacionales.