Una de las más antiguas casas conservadas de Trinidad, que data del siglo XVIII, fue la residencia de Fernando de Pablos Vélez, hoy conocida como el bar La canchánchara. A pesar de otros bares e instalaciones de recreo con los que cuenta la ciudad, es este el bar más típico de la villa, al ser salvaguarda del famoso y refrescante cóctel llamado canchánchara, inventado y popularizado por los mambises durante el siglo XIX con los productos a su alcance: miel, limón y aguardiente.
Además de ser testigo de la hermosa arquitectura desarrollada en los tiempos coloniales, con sus techos de armadura, ricamente decorado con maderas preciosas, y espacios abiertos para el disfrute de la fresca brisa, en el lugar se pueden apreciar hábiles tejedores de tabaco y disfrutar de una canchánchara en su tradicional vasija de barro al son de los mejores grupos musicales. Con su fácil ubicación en la arteria principal del casco histórico de la ciudad, la calle Real del Jigüe, este bar es de obligada visita para todo el que se llega por la villa trinitaria.