Información adicional
Zona:
Centro
Destino:
Cienfuegos
Categoría:
-
Zonificación:
Urbano
Valor Social:
Patrimonio
Estructura Arquitectónica:
Ciudad
Cienfuegos
El centro de la isla de Cuba cuenta con una verdadera joya que no por gusto se ha dado en llamar la Perla del Sur. Fundada en 1819 como parte del interés de los españoles por crear nuevos asentamientos en la Isla, la ciudad de Cienfuegos nació con los aires de modernidad de un entramado urbano diseñado por el francés Don Luis Clouet, gracias a lo cual hoy los visitantes no pueden dejar de admirar las perfectas cuadrículas que hacen de ella un lugar de paseo muy placentero.
Un recorrido por la ciudad hace obligatorio la visita por el Prado cienfueguero, que con la estatua del más famoso de sus artistas, el Benny Moré, nos indica que se debe recorrer el famoso Boulevard, que entre vistosos edificios y modernas cadenas de tiendas y artesanos, nos conduce al Parque José Martí, corazón de la ciudad. Impresionantes edificaciones del siglo XIX como el Teatro Tomás Terry o el único Arco de Triunfo que posee Cuba, nos hablan de una ciudad de gran esplendor económico, y las numerosos galería de arte que repletan el llamado nuevo Boulevard se comprueba también el auge cultural que llega hasta hoy. Pero nadie puede marcharse de la ciudad sin visitar su puerto, donde los atardeceres esperan para acompañar con serenidad y melancolía a los barcos que poco a poco se alejan.
Un recorrido por la ciudad hace obligatorio la visita por el Prado cienfueguero, que con la estatua del más famoso de sus artistas, el Benny Moré, nos indica que se debe recorrer el famoso Boulevard, que entre vistosos edificios y modernas cadenas de tiendas y artesanos, nos conduce al Parque José Martí, corazón de la ciudad. Impresionantes edificaciones del siglo XIX como el Teatro Tomás Terry o el único Arco de Triunfo que posee Cuba, nos hablan de una ciudad de gran esplendor económico, y las numerosos galería de arte que repletan el llamado nuevo Boulevard se comprueba también el auge cultural que llega hasta hoy. Pero nadie puede marcharse de la ciudad sin visitar su puerto, donde los atardeceres esperan para acompañar con serenidad y melancolía a los barcos que poco a poco se alejan.